lunes, diciembre 10, 2007

Espejismos


Es un hecho, la vida esta llena de necesidades y nos movemos en torno a ellas, cada una de estas se van expresando según nuestras carencias y aunque existen viejas conocidas, como el hambre y la sed, a cada paso aparecen nuevas, unas fáciles de suplir y otras simplemente imposibles de manejar.

Es común que después de la ruptura de una relación importante se generen un sinfín de carencias afectivas relacionadas mayoritariamente con el ego. Si la relación que ha finalizado es de más de 7 años sentiremos que somos demasiado viejos para volver a empezar, fuera de foco en un mundo que aparece desconocido, feos e incluso sexualmente poco atractivos. En definitiva, será como despertar de un largo sueño y será justo allí que las necesidades brotarán en busca de algo o alguien que las supla.

En un mundo que parece nuevo en todo sentido y con la inseguridad a cuestas, fácil resulta encandilarse con espejismos que aparecen en nuestro camino como el agua irreal en el candente desierto, para ello basta con que alguien nos mire más de una vez o muestre algún interés como para que sintamos que estamos frente a nuestra salvación y arremetemos con un desborde de galantería y romanticismo, como en nuestros viejos tiempos. Lo bueno es que logramos reparar nuestro dañado amor propio; lo malo?, terminamos utilizando a quien ha puesto sus ojos en nosotros como si fueran un mero utensilio de sanación emocional.

Todo esto se convierte en una seguidilla de pruebas del tipo ensayo y error, donde nunca terminamos de ensayar y jamás analizamos los errores, pues todo apunta a sentirnos bien, a cualquier precio.

En cuanto a esto, la situación puede volverse un tanto peligrosa, pues entre tanta carestía, podemos llegar a encandilarnos con los espejismos más insólitos y delicados, como personas extremadamente mayores o menores, gente casada o de distinta condición social o cultural e incluso de personas del mismo sexo. Cuando nuestras necesidades de afecto nos superan, podemos llegar a cualquier cosa con tal de satisfacerlas.

Es imposible necesitar agua a menos que tengamos sed, difícilmente tendremos hambre después de comer y claramente no buscaremos el amor si estamos inmersos en una relación estable. Somos seres incompletos en constante búsqueda de nuestra armonía emocional, nunca tendremos certeza de lo que llegaremos a hacer por conseguir agua, alimento y mucho menos lo que haríamos por un poco de amor, lo que sí está claro es que aquella persona en extremo mayor o menor de edad, de distinta condición social o cultural e incluso del mismo sexo a la cual estamos utilizando, estará viendo en nosotros a su propio espejismo perfecto capaz de reconstruirle la propia autoestima, después de todo la vida está llena de necesidades que hay que satisfacer de alguna manera.

martes, octubre 30, 2007

Fantasmas

Alguna vez ha tenido aquella extraña sensación de estar siendo observado aún teniendo la certeza de que se encuentra en completa soledad?. De seguro ante esa situación el impulso lógico le obliga a encender la luz, poner música, llamar por teléfono a alguien o hacer cualquier cosa que ayude a eliminar tal angustiante sentimiento. De repetirse este hecho, de plano pensará que se trata de la presencia de un fantasma.

Tales fenómenos son analizados desde siempre y los expertos en el tema abordan los sucesos fantasmales enfocándolos sólo a ciertos lugares puntuales. Con sólo poner en el buscador Google la palabra ‘ghost cam’ obtendrá un listado de cámaras web instaladas en sitios tan particulares como el barco ‘Queen Mary’ y hospitales abandonados donde son atribuidos los fenómenos paranormales, dichas imágenes son refrescadas frecuentemente con el objetivo de dar al espectador la posibilidad de literalmente cazar a un espectro en línea.

Para el mundo en general, hablar de fantasmas es asociar el concepto con almas en pena que vagan en un limbo terrenal, en viejas casas inhabitadas, en lugares donde ha muerto más de alguna persona trágicamente o sencillamente en cementerios, pero la verdad es otra, los fantasmas deambulan por todos lados y no son necesariamente espíritus. Para entender esto, basta con que se ponga de pie en este momento, el calor de su cuerpo tardará varios minutos en desaparecer de la silla, si esto sucede estando usted vivo y gracias a un momento de presencia suya, qué sucederá al morir y luego de toda una vida de existencia?. Algo similar ocurre en lugares de mucha actividad como en colegios, seguirá oyendo ruidos tenues aún cuando aquel recinto esté vacío, sin necesidad de haber muerto alguien allí. Esto es más comprensible desde el punto de vista de las energías y a menudo suele confundirse con fantasmas reales.

Si bien es cierto es imposible que un espíritu fantasmal pueda materializarse, existen maneras de tener contacto directo con ellos con relativa espontaneidad y por espacio no mayor a unos cuantos milisegundos. Para esto basta tan sólo con ingresar a una habitación completamente oscura, encender la luz y mirar rápidamente alrededor. Si lo que busca es verlo junto a usted, pruebe ingresando al baño en completa oscuridad, párese mirando al espejo y de la misma manera encienda la luz… En ambos casos, de coincidir con la presencia de un fantasma real logrará ver una especie de nubosidad que desaparece rápidamente y de contar con suerte verá detalles del rostro. Si desea tener un registro duradero de un espectro, basta tan sólo con fotografiar, con un flash potente, un espacio que se encuentre obviamente sin ninguna luminosidad. Otra manera de plasmarlo, aunque menos fidedigna, es dejando una grabadora de sonidos en funcionamiento continuo por un largo período en un lugar que cuente con silencio absoluto. Lo que obtendrá a cambio serán pocos segundos de sonidos producidos o no por fantasmas, llamados psicofonías. Ingrese tal palabra en un buscador de Internet y verá a lo que me refiero.

Energías, almas en pena o seres en el limbo, usted decide en qué creer, después de todo tarde o temprano sabremos la verdad una vez que pasemos al otro plano y seamos nosotros parte de aquel estado etéreo y difuso. Por lo pronto, prepare su cámara o tome el teléfono porque de algo sí podemos estar seguros, mientras usted lee esta crónica, alguien o algo se encuentra detrás suyo.



Blogalaxia Tags:

viernes, agosto 17, 2007

Aquellas Primeras Veces

Hay situaciones en la vida para las cuales no estamos necesariamente preparados y es preciso vivirlas para entender su significado y su impacto en nuestro ser, como el primer beso o el primer matrimonio, el primer día en nuestro primer trabajo o la primera vez viviendo solos.

Pocas de ellas suceden solo una vez en la vida y son esperadas ansiosamente, como el cumplir la mayoría de edad, pues eso nos abre las puertas a un mundo de libertades que jamás experimentamos antes, en una pseudo independencia sostenida por unos padres, quienes miran atónitos y un tanto impotentes el resultado de 18 años de bombardeo valórico y de ejemplos, tal como si se tratara de un Frankestein que recién despierta y del cual no conocen su comportamiento.

Fuera de lo traumático o enriquecedor que puedan resultar estas ‘primeras veces’ , las mismas tienden a repetirse cada cierto tiempo y aunque contemos con la experiencia de haberlas vivido, cada vez suceden en circunstancias diferentes por lo que siempre generan un alto grado de ansiedad muy similar al de la original.

La idea de independizarse despierta incertidumbres que solo son calmadas una vez que pasamos un par de meses en la nueva casa. Sentimos orgullo por ser autosuficientes y creemos ganar en experiencia. Por otro lado y luego de vivir años por nuestra cuenta, cuando debemos mudarnos de casa por el motivo que sea y a pesar de tener en nuestra memoria emotiva aquella primera mudanza volvemos a sentirnos vulnerables y es inútil echar mano a lo vivido anteriormente. La sensación se repetirá cada vez que nos enfrentemos al cambio de lugar físico.

Después de cumplir los anhelados 18 años, cada doce meses vendrá un nuevo dígito a engrosar nuestra edad. Así pasamos los veintitantos hasta llegar a los treintas. Cada cumpleaños, después de ello, se transformará en un constante cuestionamiento de lo que hacemos, de donde venimos y donde vamos, lo que hemos hecho y dejamos de hacer, lo que quisimos ser y no fuimos, una que otra promesa y más de alguna decepción. Otra vez el hecho se repite y la experiencia previa de nada vale. Cada año será distinto, pero la sensación es la misma, estemos en compañía o en la más rotunda soledad.

Después del primer beso otros primeros besos con otras parejas vendrán y sentiremos el mismo entusiasmo. Después de una ruptura amorosa, la siguiente estará destinada a morir tarde o temprano y lloraremos. En algún momento tendremos que cambiar de trabajo y viviremos nuestro primer día en este.

En definitiva, cada vez que nos enfrentemos a un cambio, a pesar de haber pasado por él anteriormente, generará sensaciones idénticas por el sólo hecho de vivirlo en circunstancias distintas al primero, como si de una espiral cíclica se tratase donde las situaciones se repiten y de la cual conocemos perfectamente su inicio y final y a pesar de ello reaccionamos siempre de la misma manera y con la misma intensidad, como si fuésemos un supuesto impredecible Frankestein que despierta con cada primera vez y siempre de la igual forma.


Feliz cumpleaños para mi, otra vez.

martes, julio 03, 2007

Crudo Invierno?


El invierno ha llegado y con él un mundo de grises y azules que tiñen la ciudad de frío y escarcha. Son tres meses en los que el entorno cambia drásticamente, partiendo por el cielo, que se cierra empeñado en aislarnos en una pequeña cápsula de espesas nubes que imposibilita el mirar los amaneceres, censura los ocasos y exilia a las estrellas; continuando con el frío insoportable y terminando con el coro gatuno, consecuencia del cambio en el nivel lumínico que los invita a aparearse, escandalosamente.

En estos tres meses toda nuestra cotidianeidad se ve afectada, nos vemos obligados a tomar, retomar y/o generar costumbres que nos ayuden a sobrellevar el frío. Aumenta el consumo de alimentos calóricos como chocolates y café, la casa resulta ser el mejor refugio y dormimos más. Afuera, el agua parece estar en todos lados y en todos sus estados, de la lluvia mojando nuestra cara pasamos rápidamente a recibir golpes de granizo en la cabeza, mientras el vapor nos sale hasta por las orejas.

Todo lo que provoque calor toma preponderancia, es que el clima ha cambiado muchísimo últimamente y las temperaturas se han acentuado, si antes bastaba con abrigarse para palear el castañeteo de la mandíbula, hoy es necesario forrarse con ropajes exageradamente acolchados, de esos que nos hacen ver como muñecos inflados antigolpes y aún así la temblorina corporal es evidente e incontrolable. Es extraño, pero hagamos lo que hagamos, nunca lograremos abrigar los dedos de nuestros pies y la punta de la nariz, aún cuando nos vendemos con bufandas y abrigos al punto de momificación.

Aparentemente esto del invierno puede hacernos pensar que se trata de una estación fría en todo aspecto y los colores, olores, junto con nuestro comportamiento tendiente a la hibernación así lo avalan, pero la verdad es otra, pues estamos frente a una época del año en la que es posible encontrar el amor de nuestras vidas, sí, tal y como lo lee… En verano los cuerpos son los protagonistas y toda relación que nazca en esta época está basada en lo netamente sexual; En primavera, las flores, mariposas, los trinos de los pajarracos y toda esa bobería colorinche son solo un cliché comercial opacado por las desagradables alergias; Y el otoño no es más que una estación para llorar la perdida de los ‘pseudo amores’ concebidos artificialmente en las dos estaciones anteriores. Mientras que en invierno, podemos mirarnos directamente a los ojos sin ninguna distracción visual, pues el cuerpo está cubierto completamente e instintivamente buscamos protección, un refugio seguro contra la soledad invernal y es con nuestra mirada con la que ofrecemos y pedimos albergue emocional.

El clima está cambiando, de eso no hay duda y probablemente nada logremos hacer contra ello, puede que las consecuencias de esta mutación estacional nos lleve a cataclismos impensables, pero podemos sacarle partido al frío extremo, tan solo basta con cubrirnos más y mirarnos a los ojos.

Vamos, cúbrete cuanto puedas del helado azul y mantén tus ojos despejados, el cielo se cierra para que no te distraigan los amaneceres, atardeceres ni las estrellas, levanta la mirada que hay alguien allá afuera esperando toparse con tus pupilas, con una barra de chocolate en la mano y dispuesto a abrigar tus pies y tu nariz, con una serenata felina como música de fondo…




Blogalaxia Tags:

domingo, junio 17, 2007

Amigos?

Definir el amor es imposible y cada cual lo describe como más le acomoda: Estado mental, el sentimiento más poderoso, etc. La forma de expresar el amor ha variado según el paso del tiempo. En el medioevo, el amor debía ser doloroso, mientras más sufriente fuese la relación y más trágica la historia, más legitimado era el sentimiento del amante doliente.

Actualmente, decidir a quienes le brindamos ese amor es fácil y aunque principalmente lo repartimos entre familiares, pareja y amigos, la forma en la que se ama es tan distinta como caracteres hay en el mundo, pero siempre es posible encontrar patrones que permiten identificar nuestra manera de amar. En el caso de la familia el sentimiento es casi instintivo, por costumbre quizás. En cuanto a la pareja, mientras exista avenencia, compañía y preocupación, habrá amor, la desaparición de dos de esas tres condiciones hará que la separación sea inminente. Con respecto a los amigos el sentimiento se genera de forma antojadiza y liviana.

‘Amigos en las duras y maduras’, ‘Un amigo es quien da sin pedir nada a cambio’, ‘Amigo en la adversidad, amigo de verdad’, etc. Dichos sobre la amistad abundan y si bien es cierto todos son tan antiguos como el mismo concepto, llama la atención que actualmente todos esos refranes pongan a la amistad como una relación unidireccional a nuestro favor, pues todos se resumen en un simple: Mientras nos satisfagan son amigos y al menor inconveniente el título es retirado como si nos sacásemos los zapatos después de un largo día de caminata.

Atrás ha quedado la figura de la amistad como el amor de pareja sin sexo, cuando la ruptura con amigo se debía a situaciones de peso, importantes, se asimilaba a terminar con un matrimonio. Que un amigo muriera era como quedar viudo y que se fuera lejos no importaba, pues seguía a nuestro lado de una forma u otra.

Hoy por hoy basta un simple corte telefónico en medio de una discusión, una mala cara o una ausencia a un evento importante para echar por tierra años de compañía en tiempos de soledad, ríos de llanto desesperado contenidos a son de canciones nocturnas, apoyo en momentos en que el mundo se viene abajo, en definitiva un simple suceso puede derrumbar un castillo de amistad fundado en cimientos que otrora habrían sido indestructibles y se censura la idea de que este amigo que nos cortó el teléfono, nos puso una mala cara o no asistió a nuestro evento, pudo haber tenido algún problema en aquel momento y era justo en aquel instante cuando se ponía a prueba la amistad bidireccional, relegando aquel castillo al nivel de una frágil choza.

Quizás haya que entender que aquel dicho: ‘Amigo es aquel que da sin pedir nada a cambio’ esta mal escrito, pues después de todo este tiempo de acogerte, protegerte y salvarte del dolor (físico y mental), me da el derecho de buscarte cuando yo esté por caer. Dicho de otra forma, es lógico que después de todo lo que hemos vivido, al momento de autopredecir mi caída, la primera persona a la que iba a acudir eras tú, pues yo pensaba que nuestra amistad era más importante y más fuerte que un simple corte telefónico, es más, yo pensaba que nuestra amistad era bidireccional. Lo bueno de todo esto es que ya se como actuar, pues antes de ti ya estaba solo. Extirpación de tumor maligno.

Definir el amor es imposible desde cualquier punto de vista y en cuanto al esto, decir que es un estado mental o un preciado tesoro vale tanto como aseverar que se trata de un capricho, una relación provechosa o una farsa.

lunes, mayo 28, 2007

Sexóscopo.

En el zoológico humano en el que estamos inmersos y dada la rapidez de nuestra vida actual, fácil es perder el tiempo con relaciones que no llegan a ninguna parte. Por desgracia o por fortuna, uno de los hechos que nos lleva a aceptar o rechazar al prospecto de pareja ideal es el sexo, pero para llegar a ello de manera convencional hay que invertir previamente en seducción, citas y conquista, lo que no solo se traduce en un gasto de tiempo sino que además de dinero. Si tan sólo pudiésemos tener nociones que nos permitan vaticinar el desempeño sexual de la persona a la cual encontramos atractiva, podríamos optimizar el tiempo, seríamos mas acertivos y sin duda el dinero nos duraría más.

A continuación encontrará una guía elaborada por su servidor, espero que sea de su ayuda.


Aries: Al ser el primer signo, es el encargado de llevar la iniciativa en todo, por lo mismo no existe el Aries seducido. Aman con gran pasión y son sexualmente muy activos. Al contrario de lo que se pueda pensar, los cuernos del carnero representan su innata tendencia a la infidelidad.
Pareja ideal: Sagitario.

Tauro: Posee la potencia sexual de un toro. Es el amante perfecto, quien se tope con un Tauro tendrá horas de placer carnal garantizadas, pero deberá entender que, si se trata de un encuentro furtivo, estará siendo utilizado como instrumento de satisfacción. Eso sí… lo que tendrá a cambio será inolvidable e irrepetible.
Pareja ideal: Cualquiera, menos Virgo, pero sobre todo Leo.

Géminis: Su carácter dual es extrapolado a lo sexual, pueden ser tan eróticos como mata pasiones. Gustan tanto del sexo tradicional como el del tipo ‘lame mi bota’. La mejor forma de saber frente a cual de los extremos se encontrará es fijándose en su forma de actuar antes del sexo, por lo que le sugiero un par de citas antes de la acción.
Pareja ideal: Piscis.

Cáncer: Absolutamente fieles, tanto que llegan a ser obsesivos con sus parejas. En el sexo son ellos quienes toman la iniciativa y nunca dejan de manejar la situación. Tener sexo con un canceriano es estar dispuesto a abandonarse a sus deseos, traducidos en largas, extenuantes y a menudo torpes sesiones de Kamasutra, pues mucho abarca y poco aprieta.
Pareja ideal: Aries.

Leo: Les encanta el sexo en todas sus formas y expresiones. Su histrionismo y egocentrismo innato los hace sobreactuar entre las sábanas y esperar por una buena evaluación de desempeño verbalizada durante y después del acto sexual. Si se encuentra con un Leo en la cama, háblele cuanta cochinada se le ocurra, eso les excita y les impulsa a retribuir… con buen sexo.
Pareja ideal: Cualquiera, mientras le hablen sucio, sobre todo Tauro, nunca Virgo.

Virgo: El meticuloso y conservador Virgo es un hueso duro de roer en cuanto al sexo. A pesar de despertar pasiones eróticas extremas, su virginal postura les impide cruzar el umbral del flirteo. Quien lleve a un Virgo a la cama se está llevando un mar de trancas que pueden culminar en un excelente sexo oral. Si logra consumar el acto en sí, debe tomarlo como un triunfo.
Pareja ideal: Acuario, con el resto arriesga traumas psicológicos.

Libra: Su equilibrada emocionalidad les lleva a dar y exigir en la misma medida. Ese mismo equilibrio los hace ser a menudo indecisos, por lo que no se espante si en la cama, un Libra le hace una entera planificación de lo que harán, déjese llevar y obtendrá lo mejor de este signo.
Pareja ideal: Piscis.

Escorpión: De apariencia pacífica y actitudes bonachonas, esconden tras aquella tranquilidad el fuego pasional más intenso de todo el zodiaco. No pierden tiempo buscando un estereotipo de Adonis o Venus, su lema es ‘Mientras tenga agujero y respire’ o ‘Mientras respire y tenga una erección’.
Pareja ideal: Cualquiera, incluso Virgo.

Sagitario: Los nacidos bajo este signos son completamente sumisos sexualmente hablando. Se entregan al placer independiente de lo que le pidan, pero esto no significa que por ello no gocen del sexo, para ellos, el ser complacientes les trae placer.
Pareja ideal: Tauro y Cáncer.

Capricornio: El ambicioso y testarudo capricorniano aspira a ser el mejor en todo, incluso en el sexo. Suele ser adicto a la pornografía, pero solo con fines educativos. Reprimirlo sexualmente es posible, pero obtendrá con los años una bomba sexual dispuesta a cogerse a cuanto ser vivo exista en el planeta con un ‘sí, quiero’ en su boca y así poder demostrar cuánto ha aprendido.
Pareja ideal: Leo.

Acuario: Dueños de una personalidad fuerte y atractiva, los acuarianos apuntan al sexo libre de prejuicios, pero su desempeño en la cama suele dejar mucho que desear. Si tiene un encuentro sexual con uno de ellos y tiene suerte, obtendrá buen sexo, de no ser así… asegúrese de llevar con usted un par de clavos, le aseguro que chuparlos antes, durante o después del coito, le será más entretenido.
Pareja ideal: Cualquiera, no notará la diferencia.

Piscis: Imaginativos e idealistas, sueñan con la relación sexual perfecta, aquella en que se conjugue cuerpo y alma en justa unión y son capaces cogerse al mundo entero con tal de obtener tal sincronía. Su gran problema es que, de tanto desearlo, olvidan que su desempeño puede llegar a ser mecánico y mediocre.
Pareja ideal: Géminis.


Ya lo sabe, al momento de encontrar atractiva a alguna persona y antes de llegar al sexo, preguntele primero el signo zodiacal.



Blogalaxia Tags:

martes, mayo 08, 2007

El Legado de Walt Disney


Desde muy pequeños fuimos casi instintivamente adorando a cada uno de los personajes creados por este particular señor. Cada vez que la televisión mostraba aquella inconfundible hada salir de un majestuoso castillo y con su varilla hacer resplandecer miles de colores, sabíamos que empezaría un viaje lleno de aventuras mágicas que duraría horas y nos entregábamos a la diversión animada. Por desgracia, cada uno de sus personajes e historias tienen dos caras, que varían de la inocente candidez a la mundana realidad conforme pasamos de niños a adultos.

Ejemplos de estas dualidades hay por montones y son imperceptibles a temprana edad. Cómo explicar que Goofy y Pluto, aún siendo ambos perros, uno hablara y el otro no?, esto nos lleva a pensar en las detestables diferencias que existen entre los seres humanos adultos y la aún más detestable estigmatización respecto a estas. Así también, las dulces Daisy y Minnie, que en nuestra niñez eran percibidas como simpáticas y adorables novias de Donald y Mickey, no son más que un par de casquivanas que sin mediar motivo alguno más que el interés, cambiaban de gusto, moviéndoles la cola y lanzándose a los brazos del pato ricachón llamado Glad y del fortachón Pete (extraño animal con apariencia más bien gatuna) respectivamente. A eso… hoy por hoy… se le llama infidelidad… y duele.

Los personajes principales no se escapan. Mickey, el otrora visualizado como un simpático ratón, hoy no es más que un animal en extremo egocéntrico, de voz chillona y seguro de si mismo, todo le sale bien y jamás se equivoca y ha llegado a ser la aborrecible extensión de su creador. Donald, por su parte, a punta de inentendibles gritos y eufóricos ataques de histeria era visto en nuestra niñez como un divertido pato loco que nos generaba carcajadas a raudales y hoy nos enrostra lo peor de nuestra adultez, la ira desatada e irracional. Lo más curioso de todo esto es que estos personajes no han cambiado sus actitudes con el tiempo, somos nosotros los que les damos otra connotación a sus actos.

Así mismo, cada una de las entrañables y hermosas películas animadas que el ‘tío’ Disney creó en vida puede llegar a generarnos más de alguna frustración. Cómo olvidar la angustiante escena de un ciervo desvalido en medio de un bosque en llamas cuya madre muere calcinada dejándolo desvalido. Imposible borrar de la memoria al elefante orejón que debió llegar al extremo de tener que volar con ayuda de estas para poder justificar su diferencia. De igual modo, quedará en nuestra mente en niño de madera que deseó ser real y era deformado cada vez que mentía. Todos ellos eran acompañados por pequeñitos personajes que actuaban a modo de consciencia externa, demostrando que no es posible realizar acto alguno por nosotros mismos. Si bien es cierto ninguna de esas historias es de la autoría de Disney, fue él el encargado de inmortalizarlas en nuestra mente.

Es ahora, en nuestra treintena, que nos damos cuenta de que los príncipes azules montados en corceles blancos no existen y que las bellas doncellas virginales… tampoco, aún así seguimos tomándolos como patrones de nuestros ideales a buscar, seguir y conseguir. Descubrimos que los malos no pueden ser tan malos, que nunca se arrepienten de serlo y que jamás les llega su castigo y que uno mismo puede llegar a ser aquel malo, sin querer serlo o queriéndolo. Comprendemos que el cuento no acaba con el primer beso y que ese es sólo el punto de partida donde el ‘Y vivieron felices para siempre’ es cambiado a la fuerza por un ‘E intentaron ser felices mientras pudieron soportarse’.

Quizás el señor Disney comprendía bien esto y pretendía brindarnos mágicos recuerdos mientras fuésemos niños y la inocencia durase. Puede ser que quisiera mostrarnos de forma didáctica lo que enfrentaríamos de adultos, darnos herramientas para desempeñarnos en el mundo de grandes. O tan solo quería jodernos… Ya habrá tiempo de pedirle explicaciones una vez que despierte de su frío sueño y logren activarle nuevamente su congelado cerebro. Me apunto en la lista de activistas en pro de respuestas claras y lógicas acerca de lo que perseguía al generar un mundo animado lleno de dulzura, color, magia y aventuras, mismo que pierde su inocente significado y se satura de dobles lecturas una vez que la vida real nos llena de consciencia, cuando las experiencias personales traicionan al niño que alguna vez creyó que viviría feliz… para siempre.




Blogalaxia Tags:

lunes, abril 30, 2007

Día del Trabajo

Todos hemos escuchado más de alguna vez aquella frasecilla que dice: ‘El trabajo dignifica’. Partiendo de la base de que todos entramos de lleno a la vida laboral una vez finalizados los estudios (o antes), debemos entender que todos somos dignos por el solo hecho de trabajar.

Desde tiempos inmemoriales, trabajar ha sido parte importante en nuestras vidas tendiente a satisfacer nuestras necesidades. Conforme han pasado los años y con ayuda de la bendita publicidad, estas necesidades han ido en aumento exponencial y a las básicas se les ha agregado un sinnúmero de otras que exigen un mayor esfuerzo en términos de tiempo y dinero. Ya no basta con vestirse, comer y tener donde vivir, hay que ir por lo mejor. Esto ha transformando nuestra existencia, llevándola de un ‘trabajar para vivir’ a un ’vivir para trabajar’ y con ello hemos desarrollado una exquisita vida paralela, llena de hermosos conceptos como metas de producción, evaluación de desempeño, clima laboral, etc.

Nuestra vida personal está llena de personas de actitudes reconocidas y hasta cierto punto predecibles, los amigos y la pareja son de propia elección, la familia está con nosotros desde nuestros inicios y todos ellos entregan espacios seguros que solo se ven truncados por el azar. Las personas que vienen en el paquete laboral son francamente difícil de manejar, encontramos en ellas algo más parecido a los ‘Pitufos’ en cuanto a caracteres, un zoológico humano impuesto, que hace de nuestra vida paralela un campo minado donde caminar se convierte en toda una aventura impredecible.

Ya sean jefaturas, colegas o subordinados, es imposible no encontrar en ellos, a toda la fauna humana existente condensada. Aquí encontramos a la fea que se siente linda y se viste pomposamente intentando reflejar la finura que no posee; El ‘sabelotodo’, al que es imposible rebatir cualquier cosa, aunque esté en un error; La que se equivoca en cada procedimiento y aún así es perdonada por contar con la venia de los jefes; La que se siente inamovible y parte del inventario de la compañía por llevar mas de 15 años trabajando en ella. El que lleva sus problemas personales al trabajo y contagia con su humor voluble; La que escucha con empatía, para después hacer uso de aquella información secreta a modo de cotilleo; La que trabaja sin necesidad de hacerlo y lo verbaliza a cada instante; El de dudosa sexualidad; El que siempre está feliz; La que siempre sufre, etc… La plantilla se repite aún cuando cambiemos de trabajo, aunque con otros nombres, estaturas, edades, géneros e historias personales.

En cuanto al trabajo mismo, más de alguno pensará que basta con desempeñarse en tareas de gusto personal en un lugar de propio agrado, pero en países como los nuestros, en que la vocación ha sido anulada por el insaciable amor al dinero, esto parece imposible. Cada uno hace lo que puede y no lo que quiere o estudia lo más rentable aun cuando no se tengan las aptitudes requeridas. Es fácil de este modo encontrarse con guardias de seguridad de metro y medio de estatura, profesores tartamudos, niñeras con malos hábitos, médicos que someten a cirugías innecesarias, etc. Las empresas o los empleadores son en esto grandes culpables al permitir este desorden, claramente un guardia de banco, de dos metros de estatura sería más costoso. Este tipo de contrataciones les permiten un ahorro considerable en cuanto a sueldos, desvirtuando con ello el fantástico, real y complejo concepto de meritocracia, relegándolo tan solo a nivel de metas de producción.

Es de potestad personal el hacer de nuestro trabajo un placer o un tormento. Con mucho criterio, vocación y entendiendo que no debemos pasar la vida trabajando duro para después retirarnos en nuestra vejez a curar las enfermedades que ganamos en nuestro período de utilidad laboral, lograremos que el trabajar no sea un indigno y necesario suplicio y asi… Cresta!!!! Viene mi jefe!!!, mejor cierro esto antes de que me pille!!!.




Blogalaxia Tags:

lunes, abril 23, 2007

La Máquina de los Recuerdos


Viajes, desastres naturales, nacimientos, muertes, matrimonios, despedidas y reuniones familiares, generan un sinnúmero de imágenes imborrables en nuestro cerebro y dependiendo del grado de importancia del momento en nuestras vidas el recuerdo perdurará y con él, cada uno de los detalles previos y posteriores al acontecimiento en cuestión quedarán marcados a fuego en nuestra memoria, siendo proyectadas en ella como una película cada vez que recordamos. Algunos de esos momentos son tan potentes que llegan a activar nuestra memoria emotiva haciéndonos soltar una carcajada solitaria en medio del trabajo o una lágrima de retorno a casa, apenas echamos a correr el video interno.

Nuestra mente registra todo lo que nuestros órganos sensoriales pueden captar en su período de consciencia, pero existe un tamiz natural que va deformando los recuerdos y su significado, por muy dolorosos o alegres que estos sean, a medida que nuevos acontecimientos se van sucediendo y que actúa como anestésico que brinda conformidad o simplemente haciéndonos olvidar.

Está comprobado que la memoria humana es frágil, quizás impulsado por ello, el francés Joseph-Nicéphore Niépce en 1826, logró la forma de trasladar imágenes a una plancha de peltre recubierta con betún de Judea, fundando las bases de lo que hoy conocemos como fotografía.

Han pasado más de 180 años desde aquel momento y de los daguerrotipos de aquel entonces solo quedan las historias de largos minutos en los cuales los fotografiados debían permanecer estáticos para lograr captar tan solo una imagen y una que otra mal tomada subida a Internet en sitios de fantasmas debido a que alguno de los participantes no logró soportar las extenuantes sesiones, dejando plasmada su silueta difusa a modo de espectro.

La fotografía ha ido evolucionando de manera exponencial llegando a niveles impensables hace tan solo un tiempo atrás. Existen cámaras fotográficas para todo público y para toda situación, las hay para adultos y niños, básicas y complejas, mecánicas y digitales, desechables, impermeables, etc. y son tan fáciles de obtener que hasta se encuentran incluidas en los aparatos de telefonía celular. Lo anterior logra con solo un botón que absolutamente todos podamos, de manera fácil y rápida, captar cantidades ilimitadas de momentos importantes o cotidianos, haciendo con esto que los recuerdos perduren en el tiempo y nos trasladen de forma rápida y nítida hasta el instante preciso en que lo presionamos, transformándose así en un excelente apoyo a nuestra memoria.

Lamentablemente, aún cuando el sistema fotográfico es cada vez más infalible, la mezcla ‘humano-máquina’ parece no funcionar esta vez. Partiendo de la premisa de que nadie fotografía algo que quiere olvidar, todos hemos hecho uso y abuso de este método a modo de extensión de nuestra propia memoria, pero cada una de aquellas imágenes se transforma en un potencial elemento dañino conforme pasa el tiempo, la vida cambia y aquellas personas retratadas o nosotros mismos, también.
Hay quienes fotografian su entorno personal buscando inmortalizar a sus familiares y amistades. Otros plasman su propio cuerpo en imagenes sin rostro, en blanco / negro y en posiciones erótico-artísticas, quizas buscando nutrir su ego de los comentarios de sus familiares y amigos a quienes jamás fotografían. Los menos, de seguro llevados por un inmanejable e incomprensible miedo a si mismos, retratan objetos, paisajes, plantas, y cuanto bicho encuentren en su camino; de fotografiarse ellos mismos, será en situaciones no cotideanas y en estado de difuminación tal, que será casi imposible el reconocerlos. Estos últimos son quienes llevan, a pesar de su inseguridad, la ventaja en cuanto a la visceralidad de la que pueden cargarse los retratos al no dejar constancia alguna de humanos a quienes recordar.
Basta un solo hecho que haga cambiar nuestra historia personal, para que aquellos retratos modifiquen su significado emocional. Será cada una de las fotografías que tomamos casi inconscientemente (y en cantidades industriales) un arma de doble filo que, en el peor de los casos y gracias al natural masoquista que llevamos en nuestro interior, pasará de mostrarnos personajes reconocibles y palpables a revelarnos seres ajenos o lejanos, casi como si de fantasmas de daguerrotipos se tratase.

Es cierto, nadie fotografía algo que quiere olvidar y siempre terminamos soltando extensas carcajadas o un doloroso llanto al redescubrirlas después de años. Aún así, es cuestión de tiempo para que cada una de las fotografías que usted conserva pase de ser un hermoso recuerdo a tormentoso pesar. Afortunadamente siempre existirá la posibilidad de esconderlas, romperlas o borrarlas cuando nos causen daño.

miércoles, abril 18, 2007

Reencuentros

Quienes transitamos por la treintena, coincidiremos en que los primeros años de esta son una verdadera vorágine de nuevas sensaciones. Todo nuestro entorno parece ser distinto. De jóvenes pasamos a ser caballeros y más de algún veinteañero con no más de cuatro años de diferencia a nosotros puede llegar a llamarnos ‘tíos’, dejándonos con la boca abierta y arruinándonos el día. Muchos se encuentran con familia recién formada y los que no se han casado pasan a ser blanco de cuestionamientos propios y ajenos que van desde la inadaptabilidad a la sexualidad dudosa. Nos volvemos más serenos, meditabundos, como mudando piel. Simplemente algo se gatilla internamente que nos lleva a descubrirnos como adultos.

Entre las mil y una situaciones nuevas a las que nos enfrentamos, hay una que reviste la mayor de las importancias, por tratarse de un hecho difícil de predecir y de resultados imposibles de imaginar. Se trata de la repetición de la gente. Sí, lo que ha leído, la repetición de la gente.

Cuando la vida parece tomar un rumbo lineal, con el destino escrito por nuestras propias manos, de pronto nos encontramos con una amable sonrisa que nos saluda de nombre y apellido y con una efusión digna de un fan a su artista favorito. En solo cuestión de microsegundos, nuestro cerebro comienza un escaneo mental, buscando hacer encajar voz, rostro, cuerpo, actitud y mirada con alguna ya conocida y cuando finalmente logramos descubrir de quien se trata, una oleada de recuerdos nos invaden, los menos contenidos dispararán un visceral ‘Qué te pasó!’ y todos llegamos a sentirnos con ‘veintypocos’ otra vez, la sonrisa se instala en nuestra cara y la conversación nace como espuma de la leche hervida.

La pregunta parece obvia, ¿Cómo un hecho que trae tanta añoranza podría traer resultados nefastos?

Entre tanto bloque de personas que dejamos atrás y que son potenciales repeticiones en nuestra vida, están aquellas a quienes en algún momento amamos y con las cuales desarrollamos una relación sentimental. Es allí, entre recuerdos alegres y llorados, cuando ponemos a prueba nuestra propia madurez y el crecimiento del que nos jactamos. Nos encontramos con seres a menudo totalmente distintos a los que dejamos de amar o a los que nos dijeron adiós y lo que es peor, logramos entender qué tan importantes fuimos en el crecimiento y la madurez del otro.

Si tenemos suerte, descubriremos pocos cambios y el reencuentro no será más que una amena travesía memorial. De no ser así estaremos frente a un ser completamente distinto, un megapartido en cuerpo y posición social desperdiciado por nosotros mismos, haciéndonos sentir culpables de la lejanía, de nuestra soltería o incluso de nuestro matrimonio. En su defecto, nos encontraremos con un ser inversamente distinto al que conocimos, completamente ajeno a nuestros gustos actuales, desconoceremos su lenguaje y su físico, viviremos un vergonzoso viaje por lo más oscuro de nuestro pasado y llegaremos a negar completamente todo lo sucedido entre ambos, bloqueando cada uno de los hechos como si se tratase de una fotografía que quisiéramos romper y eliminar por completo.

Sea como fuere, el reencuentro con nuestro pasado esta a la vuelta de la esquina. Cualquier día, a cualquier hora, tendremos un encontrón de lo que somos y queremos con lo que fuimos y quisimos, un déjà vu con carácter de racconto que no pasará inadvertido ni nos dejará indiferentes.

Sí..., ya tenemos treinta años y después de aquel encuentro será inútil no volvernos un poco más serenos, más meditabundos y sin duda avanzar un peldaño más en nuestra madurez. Así mismo inútil también será no preguntarse: ¿Qué cresta sucederá a los cuarenta?!

martes, abril 03, 2007

Herejías de Semana Santa

Hace más de 2000 años nació la historia más increíble jamás contada. Historia que habla de salvación, pasión, muerte y resurrección y que ha cimentado las bases de toda una ideología extendida por todo el orbe, que ha sido mezclada con cuanta creencia existe, transcrita a todos los idiomas conocidos y que actualmente goza de ser el único libro con la denominación de santo y ha llegado a ser la guía indiscutible para cientos de millones de personas en el mundo a través de generaciones, La Santa Biblia.

En ella, la envidia, poder, miseria, lujuria, santidad, deseo, codicia, alegría, tristeza, amor y el odio se desarrollan en el ámbito de la familia, el ejército, los amigos, la pareja, el desierto, los vergeles y la ciudad; Una gran novela que describe la totalidad de las condiciones humanas dispersas en todos los escenarios posibles, contando para ello con más de 1000 personajes tanto principales como secundarios y que llevan como tema central la lucha del bien y el mal, relatada por los discípulos de Cristo.

Si bien es cierto, las religiones que consideran a La Biblia como único apostolado válido aseguran mantener bajo estricto recelo la traducción y edición de las nuevas impresiones de esta a fin de mantener inalterable su contenido, las recientes apariciones de supuestos escritos no incluidos en ella, sumados al aún más reciente descubrimiento de tumbas que al parecer harían alusión a Jesús, su esposa y su descendencia, vienen a completar y/o distorsionar la historia completa y lo que es peor, hacen peligrar 2000 años de creencias.

Sé lo que pensará, un par de supuestos no pueden derrumbar 20 siglos de humanidad cristiana. Aléjese por un momento de los arquetipos heredados y piénselo nuevamente, ¿Quién le asegura a usted que La Biblia es un instrumento fiable?

La Biblia bien podría ser ‘la primera novela escrita’ y cuyo autor ha sido superado por la ficción de su obra, quedando relegado a la categoría de inexistente. Guardando las diferencias, lo mismo sucede con famosos cuentos infantiles como el de ‘El Flautista de Hamelin’, cuya publicación nace gracias a Kate Greenaway, pero es de autoría desconocida.

Por otra parte, si consideramos que la cantidad de feligreses cristianos acérrimos que predican y practican su fe actualmente es en extremo mínima comparada con el universo de los creyentes que en su mayoría verbalizan su creencia recibida a modo de herencia sólo cuando alguna encuesta se lo solicita como respuesta y cuya Santa Biblia duerme en sus mesitas de noche como un adorno más, notaremos que no es difícil llegar a concluir lo que le digo.

Está bien, frunza el ceño… se lo concedo.

A todo lo anterior, sumémosle lo extraño del tratamiento que La Biblia y la religión cristiana tienen con respecto a la mujer, que las deja siempre sumidas en un sitial terciario manteniendo en todo momento al hombre por sobre todas las especies. Solo basta echar un vistazo a la religión católica y la eterna existencia de varones como sus máximos representantes, para comprender que existen grandes atisbos de un machismo obsoleto que se aleja de lo que Cristo predicaba según esta ‘novela’: Todos somos iguales ante los ojos de Dios. De los homosexuales, lesbianas y bisexuales, a pesar de haber existido desde siempre, pues ni hablar!.
Si sigue con el ceño fruncido las arrugas pueden marcarse.

Agreguemos algo más. Para nadie es un misterio el que la religión, hoy por hoy, es un negocio que mueve trillones de la moneda que usted quiera y que se ha convertido en un ente importante en las decisiones de las naciones. ¿Cuántas situaciones, a lo largo de los siglos habrán sido modificadas, agregadas o simplemente omitidas en La Biblia, con el fin de llevarla a ser lo que es hoy?

Más de 2000 años de historia cristiana reflejan la necesidad constante de creer que tiene el ser humano pensante. Por sus cualidades, La Biblia podría perfectamente tratarse de ‘La Primera Gran Novela Jamás Escrita’, pero si es una obra literaria cuyo autor se ha perdido entre las tantas generaciones y se ha convertido en un instrumento de fe, cuyo poder mantiene viva a la humanidad completa, bien vale aferrarse a sus letras para responder lo incontestable, el resto son solo herejías.

Ya, he terminado, relaje los músculos faciales y cambiemos de tema, le invito a un asado este viernes, yo pongo la carne, usted traiga el vino...



Blogalaxia Tags:

lunes, marzo 26, 2007

Se Vende, Permuta o Regala


Cuerpo, año 1975, con solo 7 de uso verdadero y completo. Modelo antiguo con todas sus partes originales. Musculatura normal, grasa abdominal propia de la edad y de la falta de ejercicio, piernas fuertes y manos nobles. Boca generosa de palabras, de labios gruesos y con sonrisas a menudo falsas para el resto, pero siempre honestas. De voz pausada, tono bajo, con acento extraño y algo tartamudo. Ojos potentes que han visto dolor, sangre y un adiós tan abrupto que los ha dejado sin lágrimas. Dedos largos que ansían tocar y piel que se activa al menor contacto, incluso en sueños… sobre todo en sueños. Madurado en forma natural y agolpes de vida, presenta marcas en su superficie atribuibles a una infancia inquieta y a una que otra depresión juvenil. A pesar del poco uso, se encuentra fatigado de tanto permanecer estático.

Mente abierta y a veces amplia. Desmemoriada a ratos, pensante en otros y divagante siempre. Lúcida a golpes de demencia temporal, pasajera y pasada, en conjunto con un par de sesiones de psicoterapia. Con el disco duro semi formateado. De raccontos casi inexistentes, pero plagada de flashbacks que dan cuenta de dolor, sangre y un adiós tan abrupto que se han vuelto recuerdos tartamudos. A pesar de su alto uso, siempre esta dispuesta a sorprenderse al suceso más simple y al pensamiento más básico, incluso en sueños… sobre todo en sueños.

Alma solitaria cansada de esperar y espectante de vida. Soñadora de sueños inalcanzables y con deseos de desear. De alas grandes y libertades coartadas. Destrozada hace 2 años por el dolor, la sangre y un adiós tan abrupto que ha sido necesario el total alejamiento para su completa reconstrucción. Afortunadamente, gracias a su único uso, es capaz de enamorarse al menor abrazo y a la primera sonrisa, incluso en sueños… sobre todo en sueños. Hoy se encuentra remendada y cicatrizada, dispuesta a dar y recibir, aunque se trate solo de una alma de segunda mano.


Interesad@s, favor dirigirse al autor, por cualquier vía.

martes, marzo 20, 2007

NeoViejos


‘Cambia, todo cambia’, reza la canción de Julio Numhauser y al margen de lo romántico de su verso, cada una de las afirmaciones que esta expresa puede hacerse extensiva a la totalidad de las situaciones de nuestra vida presente, pasada y las que vendrán.

Los modelos de automóviles se modernizan junto con las medidas de seguridad implementadas en estos. Las enfermedades van mutando al tiempo que evolucionan los remedios creados para palearlas o eliminarlas. Antes fue el machismo, luego el feminismo y ahora la igualdad. Al tango doloroso de Gardel le siguió la estridencia de los Rolling Stones, actualmente desplazada por completo por el reggeatón y sus febriles movimientos. Las pastas dejaron en el olvido a los porotos y ahora?, pues el Sushi.

La lista es larga o más bien interminable. Ya sea en modas, actitudes, conceptos o información, cualquier cosa o situación imaginable está sujeta a cambios evolutivos. Un intento más, en orden temporal de pasado a presente:

Cartas, Telegramas, Correos electrónicos.
Inteligencia, Coeficiente intelectual, Inteligencia emocional.
Oro, Platino, Titanio.
Tongolele, Marilin Monroe, Shakira.
Pena, Depresión, Esquizofrenia.
Cristo venerado por María Magdalena, Cristo casado con María Magdalena, Cristo con descendencia de María Magdalena.
Sexo con luz apagada, Látigos y cueros, Sexo grupal.
Señales de humo, Teléfonos, Internet.
Cremas, Cirugías estéticas, Botox.
‘Te amo‘, ‘Hasta que la muerte nos separe’, ‘Vete a la mierda!’.

Si bien es cierto las evoluciones son una parte normal y propia del ser humano y su entorno, muchas de ellas son imperceptibles como los cambios en los polos magnéticos de la tierra. Otras, por su parte, tardan menos tiempo en notarse y lejos de maravillar, generan en más de alguno una sensación de curiosidad mezclada con burlonas sonrisas y en otros, simplemente susto. Una de ellas y quizás la más inquietante de todas es la que tiene relación con los cambios generacionales, no a nivel juvenil, ya que a estas alturas ya es imposible saber qué vendrá después de los pantalones a media raja, tatuajes y piercings hasta en la lengua; más bien tiene relación con la ancianidad y sus sorprendentes diferencias tras cada generación.

Hasta ahora guardamos en la consciencia la imagen de la abuelita de 60 años, regordeta y de mejillas sonrojadas que preparaba exquisitos dulces para sus nietos al son de las engoladas voces de los tangos que salían de las radios de dial manual en AM y cuyas letras eran imperceptibles. Los domingos le rezaban a un Cristo perfecto presente sólo en las iglesias y en sus mesitas de noche, mismas en las que guardaban los muchos frascos de cremas faciales utilizadas a diario con un fin específico, pero siempre sin resultados reales. Estaban casadas literalmente hasta la muerte con sus esposos, aunque más por costumbre que por amor, dormían en camas separadas y el sexo simplemente no existía. A su vez, sus maridos vestían pantalones por sobre la cintura y sujetados por suspensores. Bajo los colchones guardaban el dinero que servía de ahorro o para alguna emergencia. Contaban una y mil historias de una y mil vivencias, una y mil veces al ritmo de un juego de cartas con los camaradas.

Hoy por hoy, es posible encontrar a los nuevos abuelos emerger cargados de experiencias nuevas. Resulta fácil encontrar mujeres y hombres sobre los 60 años que se resignan a ser catalogadas de ancianos y lo demuestran vistiendo a la moda, saliendo con sus amistades a comer sushi, a bailar o a algún recital de Alejandro Sanz. Tienen sexo sin mayores inconvenientes aunque sea con ayuda de algún agente externo que potencie o simplemente active sus órganos. Cambiaron las cremas por las cirugías estéticas, escuchan rock en sus aparatos de música modernos. Hacen videoconferencias con sus nietos y manejan su dinero con instrumentos financieros que les permiten viajar por el mundo. Muchos de ellos están separados, no mantienen una relación sin amor y se permiten siempre una segunda o tercera oportunidad, con distintas personas obviamente.

Para nadie es un misterio, el tiempo pasa y a pesar de su relatividad deja huellas imborrables en nuestro cuerpo, mente y alma. La forma en que mostramos tales marcas hacen la diferencia entre ser viejo y parecerlo o sentirse joven y querer parecerlo.

Es difícil imaginar el curso de la vida sin evolución. La pregunta en este caso parece ser obvia, si los ancianos de hoy son el reflejo de lo que fueron en su juventud, ¿Qué tipo de abuelos son los que emergerán de los jóvenes de hoy?. Es solo cosa de tiempo para que la nueva camada de ‘viejos reggeatoneros’ con aros y tatuajes deformados, lenguaje en códigos, amantes del Internet y la comida chatarra, con los pantalones bajo la cadera, colaless, ateos e irreverentes comiencen a mostrarse. Lamentablemente ni usted ni yo estaremos vivos para presenciarlo.

jueves, marzo 08, 2007

Carne de Identidad



En los 80s, quienes pasábamos por la adolescencia seguíamos la moda al pie de la letra. La ropa amasada y de colores fluorescentes junto con los cortes de cabello espeluznantes, nos daban la seguridad necesaria para desenvolvernos socialmente, pero hacían de nuestra apariencia una copia exacta de la del resto, era fácil de este modo tocarle el hombro a alguien para luego descubrir que no era quien nosotros pensábamos.

Hoy por hoy, la búsqueda de la propia identidad en cuanto a imagen y la proyección de esta se han vuelto una necesidad. Ahora que los estrictos patrones de la moda se han roto, dando paso a la libertad en el vestir y el actuar, nuestras acciones, deseos y estados de ánimo se reflejan mayormente en nuestra ropa y principalmente en nuestro rostro. Esto lo han entendido bien los nuevos jóvenes, quienes hacen de su presentación personal una obra de arte que proyecta todo su interior, así es posible intuir fácilmente lo que sienten y piensan, entre ellos se reconocen y agrupan dando paso a lo que llamamos ’tribus urbanas’.

Extrañamente, hoy en nuestros 30s, aún habiéndonos liberado de las ataduras de la imagen en serie de los 80s y teniendo la invaluable posibilidad de reflejar nuestro sentir en la manera que nos presentamos estéticamente al exterior, parecemos obstinados en esconder nuestra real personalidad tras capas de maquillaje en las mujeres y ropa color pastel en los hombres (que en ambos casos no varía según el estado de ánimo, pues siempre es el mismo), lentes de contacto que esconden el real color de nuestra alma, lentes de sol que cada vez son más grandes y de plano obstruyen por completo el acceso a nuestra mirada y si a esto le sumamos la creciente cantidad de cirugías plásticas realizadas al rostro, continúa siendo fácil el tocarle el hombro a un dulce rostro pretendiendo recibir una sonrisa, esta vez obteniendo de vuelta solo una mordida, pues cara y personalidad no se condicen.

Afortunadamente aún podemos encontrar una correcta consecuencia entre lo físico y lo mental, algo que nos hace exteriorizar nuestra forma de ser y permite identificarnos y ser reconocidos, pues en nuestro cuerpo existe un elemento común que, a pesar de permanecer cubierto, refleja nuestra real personalidad. Una simple mirada de no más de 2 segundos basta para saber en frente de quién nos encontramos. Señoras y señores… El Culo!

El culo ha formado parte importantísima en cuanto a nuestro desarrollo psicológico. La primera palmada recibida al nacer es precisamente en esa zona del cuerpo y ayuda a demostrar la potencia del llanto y en definitiva a ver la capacidad de reacción del bebé. Siendo niños, el mejor castigo es un suave golpe en le trasero. Más adelante un pequeño pellizco puede ser señal de coqueteo o un insulto. Es así como nuestra parte trasera ha sido trascendental en nuestra vida, es allí donde depositamos nuestro cuerpo al momento de trabajar, de comer, viajar, ver una película o leer.

Ya sea en abundancia o en mínima presencia, el culo posee la gran cualidad de ser único para cada uno de los individuos. No existen dos iguales, lo que lo hace ser un elemento importante a la hora de reconocer a alguien, tanto como la huella digital y lo que otrora era el rostro. Es así como uno prominente denota generosidad y simpleza, uno pequeño da signos de una personalidad huraña y esquiva. Los turgentes entregan información de un ser egocéntrico y los fofos dan cuenta de un alma sedentaria.

Conforme pasan los años y vamos madurando, los cambios en nuestra personalidad van siendo reflejadas en nuestro culo. De esta manera nadie se escapa y es fácil generar patrones conforme miramos el trasero de alguien y los detalles como las estrías, arrugas, contornos, vellos, color y porque no decirlo, los olores, son importantes para crear una idea completa de aquella persona con la que interactuamos, aunque para ellos sea necesario un grado mayor de intimidad.

El rostro ha dejado de ser el elemento clave de nuestra identificación al estar sobrecargado de elementos distractores. Es hora de tocar el culo en vez del hombro para así recibir una respuesta honesta y conforme al real ser. Le invito a descubrir, a mirar y tocar, la carne de nuestra identidad.



lunes, febrero 26, 2007

The Beautiful People

Cuerpos fibrosos y rostros equilibrados no son fáciles de encontrar en forma natural, no obstante siempre es posible optimizar lo que se posee con gimnasio, alimentación sana, artículos cosméticos como maquillaje en las mujeres y últimamente cremas de todo tipo para los varones. Todo, absolutamente todo está permitido con tal de lucir bien, conscientes de que todo entra por la vista y que todas las puertas se abren frente a unas sonrisa bella y a un cuerpo estéticamente hermoso.

Así se logra potenciar la belleza exterior ocultando las pequeñas imperfecciones existentes que con un poco de dinero se pueden eliminar completamente por medio de cirugías.
Se lo que pensará: ‘La belleza es subjetiva’, pero al margen de esto siempre existirá más de algún prototipo de esta centrado mayoritariamente en la armonía del rostro y cuerpo. Lo anterior es fácil de comprobar pues es imposible encontrar a una persona calva, gorda, con nariz chueca, de orejas grandes, baja de estatura y/o bizca en un aviso publicitario a menos que esté interpretando a una persona fea.

Ser bello o querer serlo es un arma de doble filo, pues efectivamente todas las buenas posibilidades del mundo están a la mano sin mayores complicaciones, es fácil encontrar trabajo, amistades y amores, en definitiva la vida se hace más simple, esto sin contar con que pueden usar un saco de papas por vestidura y aún asi lucir bien, pero todo esto va ligado a un ego truncado al centrar la mayoría de las decisiones en lo externo, descuidando el interior y esto trae consecuencias no muy gratas, pues si bien es cierto todas las puertas se abren ante una linda presencia, será difícil sostener cualquier lazo sin un contenido que avale la permanencia de este.

Jamás encontraremos a un científico bello o a un presidente agraciado, a ellos no les interesa ser bellos y a los hermosos no les interesa ser científicos ni presidentes.

Los feos se pasean por el mundo pendientes de cosas menos superficiales. Lo que en la adolescencia fue una tortura reflejada en crueles sobrenombres, a los 30s se compensa con una autoestima desarrollada en base al intelecto, carisma y simpatía. La ropa no les quedará bien, no serán deseables, no despertarán suspiros, les será más difícil el ser tomados en cuenta, pero feos y tontos o feos y antipáticos… Jamás!. Y por supuesto, pueden llegar a ser científicos importantes o excelentes presidentes.

viernes, febrero 09, 2007

El Regalo Perfecto


Recibir un presente inesperado es sin duda una de las sensaciones más placenteras que podemos experimentar, pero si este viene envuelto, el placer es doble e insuperable. La textura del envoltorio, el sonido del contenido, el aroma del papel nuevo rodeado por un lazo que, generalmente, termina con un nudo que invita a ser desatado, dejando a cuatro de los cinco sentidos anulados al entorno y enfocados al obsequio que de seguro será una sorpresa.

Si bien es cierto esta reacción es un común denominador entre quienes reciben un regalo, el proceso de apertura tiene diversas interpretaciones, mientras algunos desgarran el envoltorio buscando llegar al contenido lo más rápido posible, otros lo han transformado en todo un ritual que debe manejarse con lentitud, procurando no romper la magia especial que genera una sorpresa envuelta. Hay quienes han llegado a lamerlo antes de abrir y con eso ya tenemos los cinco sentidos involucrados.

Si ponemos atención, esta peculiar sensación se repite en otros actos de nuestra vida, ya sea cuando nos compramos algún artículo, estrenamos zapatos o nos cambiamos de casa.

Algo similar sucede cuando conocemos a alguien que nos agrada y con quien tenemos intensiones de comenzar una relación seria e incluso cuando se trata de una esporádica. Sea cual sea el caso, una vez que hemos sobrepasado la barrera de la desconfianza, tarde o temprano llega el momento de la primera incursión sexual, la cual es comparable con abrir un regalo, aunque con aspectos que pueden llegar a ser menos mágicos y más espeluznantes.

Todos nosotros pasamos en ese instante a ser algo parecido a un obsequio humano, con vestimenta como envoltorio y cuyo contenido es toda una sorpresa que puede o no ser agradable y donde el ritual del descubrimiento se repite, impulsivo y rápido para algunos, planificado y lento para otros, esta vez con todos los sentidos a disposición y donde el gusto esta vez toma un papel preponderante.

Cada botón desabrochado da paso al testeo visual que se alerta a cada lunar existente, a cada cicatriz expuesta, a tamaños, formas y colores. Una vez abierto el regalo los aromas y el tacto nos dirán si es utilizable o no. Los sonidos provenientes de este activarán las papilas gustativas y, en definitiva, a darle uso inmediato. Por mucho entusiasmo que tengamos a la hora de ‘desenvolver el presente’, un contenido de forma irregular, con manchones, mal olor o con apariencia de haber llegado a nuestras manos con un extremado uso anterior, nos hará apagar toda mágica ilusión encendida y una mueca de disconformidad se instalará en nuestro rostro como si hubiésemos recibido un feo e inútil pisapapeles plástico comprado en el ‘todo a $500’. De pasar la prueba de la aceptación en términos de presencia, estaremos preparados para ponerlo a prueba en lo funcional.

En definitiva, cada uno de nosotros somos regalos andantes, dispuestos a ser desenvueltos y listos para un uso inmediato al momento de ser abiertos. La gran diferencia entre un regalo material y nosotros, es que el primero es siempre inesperado, bien recibido y desempacarlo es un placer, mientras que en el segundo se crean expectativas con tan solo ver en envase, mismas que no siempre son satisfechas y la única forma de comprobar el nivel de complacencia es sometiéndolo a uso. De no ser aceptable, basta con visualizarnos como regalos reciclables, pues siempre existirá la posibilidad de ser, para alguna persona, el regalo perfecto.

lunes, enero 15, 2007

La Verdad De Las Mentiras


El mejor castigo del embustero es no ser creído aún cuando diga la verdad. Aristóteles.


Mentir es un comportamiento instintivo y se encuentra dentro de los actos más reprochables del ser humano. Es condenable según las leyes sociales, éticas y religiosas y las consecuencias de una mentira descubierta pueden ser desastrosas.

A pesar del dicho popular que hace alusión a la imposibilidad que tienen los niños de mentir, comenzamos creando falsas verdades desde muy pequeños, aunque se trata de situaciones generalmente de poca importancia. Un ejemplo claro de ello es la existencia obligada e inconsciente de amigos imaginarios que ayudan a sentirnos acompañados en un mundo que se presenta lleno de estímulos nuevos o la creación espontánea de cuentos, los que se hacen cada vez más complejos conforme la respuesta del entorno es de aceptación. A medida que esas manifestaciones se van presentando, los padres irán guiando a sus hijos en cuanto a la diferencia entre decir la verdad y esconderla y el valor de estas.

Mientras crecemos, generamos mentiras conforme nos acercamos al mundo adulto y vamos creando lazos extra familiares. Clásicas de nuestra adolescencia son las que buscan hacernos sentir aceptados, calzar con el entorno juvenil y/o eludir responsabilidades.

Ya en nuestra adultez, las mentiras pasan a ser una herramienta indispensable en todo ámbito. Nos aseguramos la aceptación a un empleo al ’abultar’ nuestro currículum; Exacerbamos nuestras cualidades en las primeras citas con el propósito de conseguir la atención de quien queremos conquistar y, así mismo, minimizamos las heridas en nuestras parejas al distorsionar la razón de la ruptura; Hay quienes, incluso, llegan a mentir con respecto a su verdadera edad, peso o a sus nombres reales cuando no son de su completo agrado.

Se dice que se descubre a un mentiroso antes que a un ladrón, quizás se deba a que nuestro lenguaje corporal nos delata cada vez que escondemos alguna verdad. La frecuencia de parpadeos, la sudoración, la postura de las manos, el tartamudeo y hasta la dirección de la mirada cambian de manera sospechosa y hacen de cada afirmación una invitación a descubrir su real sentido.

Así mismo, cada mentira esconde a una persona cuya inteligencia es superior a la del resto, pues generar falsas realidades requiere de una destreza especial para crear una situación ficticia que logre convencer al entorno. Cada una de las palabras emitidas debe ir entrelazada con el objetivo de armar una historia convincente. Una frase mal hilvanada, contradictoria o fuera del contexto que se quiere exponer, puede llevarnos al mas rotundo rechazo social.

Mas allá de lo condenable, se trata de una manifestación propia del sentido de supervivencia que busca protegernos de alguna situación de presión o salir airosos después de haber cometido un error importante. Justifica nuestros actos creando una atmósfera de estabilidad haciendo que el caos desaparezca y que nuestro mundo se reordene.

No hay entidad ni persona que se salve, está enquistada en cuanto ámbito nos movemos. La política esta plagada de mentiras por omisión; La publicidad las utiliza a diestra y siniestra indicando que sus productos son los mejores; La televisión nos alimenta de realidades inexistentes; Más de alguna mentira piadosa se esconde bajo las sotanas de las iglesias; La prensa generalmente aumenta sus ingresos gracias al sensacionalismo apocalíptico; Cada una de las novelas editadas no son más que poéticas mentiras en forma de prosa.

Después de todo lo anterior no queda más que concluir que las mentiras denotan a gente inteligente que busca la felicidad. El desgaste emocional que surge después de mentir es compensado con la sensación de paz que se obtiene de un entorno equilibrado.

Esta es una clara invitación a mentir y si aún así usted se niega, tarde o temprano se verá en la necesidad de hacerlo y aún cuando sea del tipo piadosa o por omisión, logrará hacer de su mundo un lugar más placentero. Si no le es difícil fingir un orgasmo a la hora del kamasutra, el resto será pan comido. Tome en cuenta que, al momento de leer este escrito, habrá estado expuest@ a más de alguna de las mentiras aquí descritas.