jueves, julio 20, 2006
El cuerpo del deseo
No hay duda, a los 30 muchas cosas cambian, una de ellas y la que trae más de alguna complicación es la metamorfosis que sufre el cuerpo, pues la magia del buen metabolismo de los 20 se acaba cuando menos lo esperamos dando paso la acelerada deformación de lo que en algún momento fue el cuerpo perfecto del tipo fat free.
Siempre hemos escuchado eso de ‘El interior es lo que vale’ o ‘La gente linda es solo un cascarón’ o frases alusivas al poco intelecto que poseen las personas que le rinden culto al cuerpo y que buscan ensalzar lo neuronal por sobre lo corpóreo. Por lo mismo siempre me negué a asistir a un gimnasio y prefería mantener una relativa buena salud por medio de comida sana, trotes vespertinos o bicicletadas por la costa al ritmo de buena música con tal de no parecer frívolo. Pero no fue suficiente, a pesar de los esfuerzos fue imposible recuperar lo que es propio de la juventud activa y que se había retirado gracias al sedentarismo del trabajo y del descanso.
Y me rendí… Busqué un gimnasio que acogiera mi, en ese entonces, desproporcionado cuerpo bajo la premisa de conciliar una imagen externa con la justa cantidad de neuronas como para mantener una conversación mínimamente elevada.
Contaba con poco presupuesto para algo así, por lo que me fui directo al más económico. Al ver que los participantes eran desproporcionadamente mas corpulentos que cualquier ser humano común y que las maquinarias estaban fabricadas artesanalmente con vigas de hierro y en condiciones tales que, con solo tocarlas, adquirías tétano en forma instantánea, salí del lugar con una mueca de frustración y con $10.000 menos en mi bolsillo.
El segundo intento no fue más agradable. Alentado por la lógica de aumentar el dinero para obtener más calidad ingresé a un prometedor gimnasio, máquinas relativamente nuevas sumadas a la limpieza del recinto me dieron confianza, pero todo duró hasta que al tercer día se me ocurre asistir tarde, después del trabajo. Mi vejiga me obligó a ir al baño y se cumplió lo de estar en el lugar incorrecto y en el momento menos indicado. La imagen es difícil de olvidar: Un hombre con cuerpo envidiable besando lujuriosamente a otro de su misma contextura… Y la frase para el bronce, “Disculpen, hagan como que no entré y sigan en lo suyo”. Lo peor?, no me habrían visto de no haber abierto la boca… Con las manos transpiradas de nervios, salí del recinto, no sin antes percatarme de que el 99% de las personas en el lugar eran varones y entrecruzaban miradas como en un tiroteo, siendo yo uno de los blancos.
En el tercer intento me fui a la segura, ubiqué un gimnasio al que asistían mayoritariamente mujeres mayores de 40 años. El recinto parecía aceptable, eso si, nada de máquinas de alto impacto, solo tres pequeñas multifuncionales que bastaban para una rutina simple. Fue inútil no salir del asombro cuando, después de una larga espera, una de esas señoras liberaba una de las máquinas dejando en su respaldo una sopa espesa, mezcla de sudor y grasa líquida, como si hubiese descargado en ella medio litro de excedente. La escena se repetiría con las otras dos, lo que me llevaría a imaginar lo que me pasaría si usara las bicicletas estáticas. Opté por clases de acondicionamiento grupal, solo hasta que descubrí que las respetables cuarentonas me miraban más de la cuenta, como si viesen en mi a un pollo asado moviendo las ‘presas’. Estaba claro que este gimnasio funcionaba, pero no para mi, además comprendí que las mujeres mayores de 40 se encienden hasta con un gordito como yo, solo bastaba con estar en la treintena.
Dejé la idea del gimnasio con ese tercer intento y las frases que hacen diferencias entre lo mental y lo exterior cobran un nuevo sentido para mí. Una imagen que va más allá del esfuerzo físico, quizás después de todo esto, efectivamente se necesitan neuronas para lucir bien, pues hay que batallar con un montón de situaciones que no son comunes y que hay que saber enfrentar.
Aún no pierdo las esperanzas de algún día despertar con el cuerpo perfecto y la mente lúcida. Claramente no será gracias a un gimnasio.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
30 comentarios:
Jajaja, qué experiencias de gimnasio Ira. Como para no querer pisar uno,realmente.
Aunque lo de las cuarentonas no era tan malo.
Yo tampoco soy amiga de las rutinas de ejercicios, y menos de los gimnasios.
Una vez estaba en plena de rutina de abdominales y me puse a descansar "un ratito". En la tabla inclinada del lado se puso una señora de edad a hacer los suyos. Yo seguía descansando y la señora vuelve a pasar por segunda vez y hace otros abdominales al hilo mientras yo seguía acostada allí. Realmente humillante, jajajaja
Saludos
Me he divertido mucho con tu texto.
Tan serio te veo a veces, que realmente con esta bella lluvia, yo sonrío.
Tus escritos me engordan el alma que salgo de tu casa con un cuerpazo que para que te cuento.
jajaja...
Un besote...
Aplaudo la iniciativa de querer cuidar tanto el cuerpo como la mente. La aplaudo, pero lamentablemente no la aplico tanto.
Reconozco un sedentarismo crónico y una extraña sensación al momento de entrar a un gimnasio: me siento como si estuviera en otro planeta.
Y es que no soy muy amiga del sudor, esa es la verdad. Menos mal la genética me permite apalear las consecuencias físicas de esta flojera extrema.
Saludos.
Que te voy a decir yo, que vos no sepas...
Igualmente todavía no me queda claro en donde está la sabiduría, si en encontrar la forma para que el cuerpo sea el que uno quiere, o en aprender a ser feliz con el que uno tiene...
En fin... filosofía de las 10 de la noche!
Un beso grandote!
Definitivamente después de cumplir el cuarto de siglo se comienza a notar la fuerza de gravedad, comienzas a sacar ropa del closet y te preguntas, “como rayos cabía en estos pantalones que ahora no logran pasar mis rodillas”, en fin inevitablemente las curvas del cuerpo cambian…en mi caso, me volví más redondeada, si bien no tengo culto al físico me pareció atractivo comenzar a ir a un gimnasio. En un principio fui a uno bastante “improvisado” por decirlo de alguna forma, en donde el “personal trainning” se dedicaba más tiempo a engrupirme que hacerme una rutina de ejercicios. Luego me inscribí en uno bastante más serio, en donde antes de comenzar te hacían una serie de evaluaciones, por lo demás bastantes vergonzosas – Señorita (en ese tiempo aún era Señorita) su porcentaje de musculatura es tanto y de grasa es tanto, nuestro objetivo es llegar a estos porcentajes-, en resumidas cuentas te decían que estabas gorda como un manatí y que casi te habías transformado en un desafío por lo difícil de alcanzar los resultados propuestos. Luego comenzabas la rutina de ejercicios, 1º los cardiovasculares y luego las pesas, en los 1º terminaba casi agonizando, más de alguna vez hice trampa poniendo menos minutos que los requeridos o bajando el nivel de exigencia (nada mas perno…engañándome a mi misma), además era una humillación pública, una apenas caminado rápido o pedaleando a la vuelta de la rueda, transpirando como un marrano mientras que al lado una niña tipo modelo, por lo general perteneciente a esta odios raza flaca que come y no engorda, corriendo a mil por hora, transpirando lo justo para verse totalmente sexy y durita como una roca (obviamente vestida con esa ropa deportiva que parece tatuaje de tan pegada al cuerpo que se ve). En el caso de las pesas, la humillación no era diferente, generalmente había que esperar a que se desocupara la maquina en cuestión y casi siempre antes de mi la utilizaba algún tipo ultra musculoso que no solo utilizaba el peso máximo de las maquinas, sino que además le agregaba peso extra y cuando llegaba mi turno tenía que poner la barrita para utilizar el peso de apenas medio kilo….Que Vergüenza!!!. Estuve más de un año en el gimnasio, asistiendo todos los días, debo reconocer que no solo fue saludable para el cuerpo, también lo fue para mi mente. Lamentablemente el gimnasio se incendió y ya no volví a asistir a ningún otro. Ahora cuando mucho ocupo un cinturón que vibra (algo así como los de llamé ya!) y que supuestamente es como hacer muuuuchos abdominales, por estos días sería mi máximo acercamiento al ejercicio. Ya me acepte redondeada, y como la sinapsis entere mis neuronas me ha otorgado una inteligencia promedio, intento vestirme acorde a mi figura, resaltando y ocultando lo necesario para verse bien, En cuanto a la mente…encontré formas menos sudorosas para mantenerla al toque.
Ups...sorry por el extenso comentario...TQM...Ro-Tonda...jaja
Jaja, que divertidas situaciones.
Cual es el segundo gimnasio cual cual... que viene con show incluido ;) mmmmm....
Ojala el trote, bicicleta y subida de cerros vuelva a servirte (por lo menos pa mi es ¡lo mejor!)
Saludos!!!
Eduardo y sus esperiencias gimnásticas ja,ja,ja.
Yo crei que la ley de la gravedad llegaba más tarde, alli los cuarentantos, pero si tu me dices que es a los treinta lo creo.
Que confiese quién no se ha apuntado a un gimnasio para mejorar y despues de machacarse y dejar el cuerpo hecho un trapo, no consiguiendo los efectos deseados, abandona despues de muchos intentos.
El tema no es para atormentarse por razones esteticas y por un cuerpo, que la madre naturaleza no nos ha querido dotar, y en el reparto, nos toco uno que precisa de algún retoque, que intentamos moldear y nos cuesta tanto.....
en dinero y en esfuerzos, siendo todo tan efimero que en cualquier momento se puede perder, no hay que vivir tan pendiente de ello, que los rellenitos también tenemos nuestro encanto "LA CARNE SOBRE EL HUESO RELUCE COMO UN ESPEJO".
En la diversidad está la cuestión, imaginate, todos/as, altos/as, guapos/as, esculturales con un cuerpo "10", pareceriamos clónicos,
que aburrido, quita, quita.
¡No intentes!, ningún gimnasio más después de tan nefastas experiencias, coge la bici y a correr y sino a andar para mantener
la salud y el cuerpo, mantener la ley de la gravedad a ralla.
No nos hace falta dar tanta importancia a las formas corporales, cada uno es como es, y el exito es aceptarse.
Hay que cultivar la mente para que nuestras neuronas no se mueran de aburrimiento en el gimnasio.
Un beso
Yo, amigo Ira, ERA gordo, gordo tipo balón, casi un maqueta del globo terráqueo andante y la salud por los suelos. Era una tortura ponerme los zapatos, entre otras maravillas. Mi familia tiene todos los antecedentes propios de cardiópatas y media producción mundial de azúcar en la sangre. Ellos completamente delgados, pero yo, no. Completamente gordo, paquidérmico…
Hasta los 25 sufrí lo indecible buscando ropa, no me pesaba por temor a romper la báscula. Un día, siempre llegan, fui a una boda familiar, rompí una silla al sentarme y el bochorno fue, eso, bochornoso.
Estaba recién graduado de abogado y, escapando de mí, me fui a Londres a un post grado. Corrí, pasé hambre, monté bicicleta, caminé, me fui a un gimnasio –y los de Inglaterra son todo lo que escribiste y mucho más- mis amigos londinenses descubrieron un tipo insoportable..., hasta que me puse una camisa talla M, un pantalón 32 y me sentí divino al verme desnudo en el espejo.
Regresé, dos años después, y ni mi madre me reconoció en el aeropuerto.
Amigo Ira..., por lo leído, creo que buscas cualquier tipo de excusas: Si había tétano, que si "Ellos" se besaban, que si ellas, que si..., etc.
Lo importante es querer, cuesta, es cierto, pero se puede. Por favor deja los miedos…, TODOS los miedos disfruta lo que la vida te puede ofrecer.
Da el primer paso..., pero por ti, por tu salud..., lo demás es lo demás. Que nunca se te olvide. Lo importante eres tú, lo demás es decorado.
Volveré, si me lo permites.
PS: Disculpa si he sido duro en mi comentario, suelo serlo con la gente que me importa.
Pues bien... luego del comentario de Dulzor, sólo me queda decir:
"Si adelgazas tendrás tu pajarito".
Besos!
Amigo,
nunca me ha pasado nada de lo que describes en un gimansio..
igual no voy mucho ja ja ja
en todo caso no es por ser contreras, pero conozco ene gente con cuerpos de gimnasio y mentes extremadamente lúcidas..
abrazos
Idem con dulzor y la niña margarita...puras excusas..FLOOOOOJO
Criatura Nocturna,
Lo de las cuarentonas era extraño. No soy sexi ni deseable ni nada de eso, por lo que solo me sentia como un trozo de carne fresca.
Clarice,
La comida chatarra engorda el cuerpo como mis letras engordan el alma?... Será que lo mio es 'lectura chatarra'?.
Pau,
Me pasa igual, no soporto mucho el sudor... Una amiga me dice que eso muestra una tranca sexual tremenda... no le creo... o si?
Pagana,
Definitivamente para ambas situaciones se necesita mover las neuronas. Opté por el sedentarismo... sirve?
Rocío (www.claymorescone.blogspot.com),
Jajaja, veo que hemos vivido situaciones similares, con excepción del personal trainer que en mi caso solo se dedicó a entregarme una hoja con las repeticiones y me dejó a merced de las miradas de los inflados asistentes.
Llanten,
Te puedo dar la dirección, pero creo que no te gustará...
Cel,
amiga, es cierto, a mis treintas ya me estoy deformando!!!.
No me importa mucho como sería el mundo con todos esbeltos y delgados... YO quiero ser esbelto y delgado!!!, jajaja...
Dulzor,
No le creo eso de que usted era gordo... Imposible! (lo digo por su fotografía, si es usted claro...)
Prometo que haré cambiar mi cascara! y no se preocupe que los retos son buenos.
Câline,
Ok, lo tendré en cuenta... (Me costó entender el verdadero sentido de lo que me decías, jajaja)
Pablo,
Justamente eso es lo que entendí después de todo esto. Hay que tener muuuchas neuronas más que el promedio para llegar a cultivar el cuerpo de esa manera.
Cabina aérea,
Flojo???, jajaja, puede ser...
Gracias a todos por pasar...
Hola. Gracias por tu último comment en mi blog, ta bonito. Pucha, yo creo q todos quisiéramos tener un cuerpo distinto al que tenemos, yo tambien. Pero no creo q sea una cosa de los 30, o sea, yo tengo 31 y si, me veo con más guata q antes pero porq como más. Ego tiene harto menos q 30 y sufre de lo mismo, creo q tiene q ver más con lo alimenticio y la falta de actividad física. Nunca he ido al gimnasio, nunca necesité. O sea, fuí gordo cuando chico pero hasta los 16, ahí decidí adelgazar y lo hice. Hasta antes de conocer a Ego, pesaba entre 58 y 60, con talla 40 de pantalón. Ahora tengo 6 kilos de más y de talla 44 o según la marca 42. Ego podría contarte más historias de gimnasio (¬¬ jojo), a mi la verdad me carga q me miren, y por lo q cuentas aparte de ir a levantar peso la gente va a jotear, no duraría ni 10 minutos! Igual uno puede cuidarse, comer menos, más sano, tomar agua y hacer un poco de ejercicio. No te miento, a veces igual me gustaría ser como el de la foto q pusiste, pero creo q no tengo esa constancia como para llegar a ser así, me conformo con ser un poco más flaco.
Buen post!
Alter
Amigo Ira:
Le aseguro que ese soy yo. Reconstruido…, después de unos 7 años de limpieza. Aunque no me lo crea, llegué a pesar, unos 120 kilos, a mis 17 años, y reconozco haber llorado tinta.
Todo está en querer cambiar.
Y créame..., ES POSIBLE!!!
Volveré…, si Usted me cree y me lo permite.
Las correrías de gimnasio... prefiero también la bici y la música y ddespertarme temprano para hacer ejercicios en mi casa y ami ritmo. Mil gracias por tus mensajs de ánimo en este tiempo. Nos leemos.
Fijate mi querido Edú, que yo soy una de esas personas que dice: "Lo que me importa en su interior".
Queremos tener cuerpos perfectos y dejamos ee lado nuestro crecimiento espiritual. Y no hay nada mejor que una buena bicicleta o caminar harto, más válido que un gym, claro, no está demás hacer ejercicios para mantenerse en forma, pero ahí de hacer fanático y que algunos hombres desarrollen músculos como la imagen que has puesto ... puaj! puaj! puaj! Para que me sirce harta masa muscular y cero neuronas?
Besos
Tarí
Cuando ingrese al gimnasio, me dijeron: primero tienes que perder peso a punto de cardio (ni idea que sea eso), después marcar los músculos y por último engrosar, y yo pregunté –Será que para las vacaciones estaré listo?-, una soterrada sonrisa me respondió, es un proceso laaaaaargo, que se ven resultados sí, pero al buen tiempo.
Por cierto duré solo dos meses, e igual que tu me acepto con mis gordos. Sabes, vi en Discovery que las mujeres buscan, como primer indicador para seleccionar su pareja. la forma de triangulo (espada ancha cintura angosta), pero que la manera de moverse y la actitud supera este primer instinto.
Tómalo con calma, no desistas, buscate un buen GYM y que es un buen GYM, aquel doden te controlen las posturas.
Un abrazo, hasta pronto.
Aun no voy al gimnasio.. pero gracias por tu historía, yo buscaré un cuarto!!
Un abrazo a la distancia
:)
jaajajau
al Gym voy a puro nadar, cuando voy
esta semana me compraré mi primera crema anti arrugas y me acordare de ti y tus consejos de dejar las de las mejillas, de tanta risa tengo miles incipientes.
besotes
lau
Sabes aveces pienso que hacemos con nosotros,aunque no lo queramos admitir es evidente que somos tambien carne ademas de alma .. y esta carne es una maquina la cual uno de debe alinear .. eso deberiamos hacer, sobre lo 30 nos sales pelos donde nunca salio y se nos cae donde nunca pense que caeria....
Mi vida para yo vivirla... auhora uno elige como ...
Mi estimado Ira:
Esta crónica es para llorar de risa ¡que lástima tantas y tan consecuentes malas experiencias! Yo en cambio he disfrutado un montón mi reingreso a esos escenarios, y me anima mucho la condición de estar muy cerca de mi trabajo. En consecuencia al mediodía salgo rauda y veloz, hago mis clases y regreso renovada, devorándome el almuerzo y el mundo también...
Inténtalo, una vez más ¿vale?
Un abrazo energizado,
Aquí cuarentona que no se enciende con nadie que tenga menos de 45. Los 30' son lindos ¡¡pero tan enrollados!! al menos lo fueron para mi, tenía todo el tiempo esa presión de que lo hiciera o dejara de hacer definiría el resto de mi vida. Uffff!!! un agote.
Alter,
A mi también me carga que me miren... sobre todo cuando se trata de miradas hambrientas. (No tengo mucho para ofrecer, pero...)
Dulzor,
Lo siento amigo, no le creo...
Pancha,
Espero que todo esté bien por alla.
Tarí,
Con esto descubrí que la gente con obsesión por los gimnasios son gente con muchas más neuronas que el promedio, creeme.
Rafico,
Eso que dices de las mujeres es cierto, es parte del condicionamiento humano, se busca perpetuar la especie con especímenes que sean fuertes. Así como los hombres que duermen del lado de la puerta, para salir a defender a su gente si hay peligro afuera.
Juan Carlos,
Me pasas el dato cuando lo encuentres?
Sobrina,
Ríase harto, para que esas aruguitas sean lindas!
Khlaudio,
Es cierto!!!, ufff, los pelos (en las orejas por ejemplo, jajaa)
Naky,
Amiga, Mi rutina diaria es: Trabajar (sentado) y dormir. Cero actividad física. Cualquiera mantiene el´cuerpo sano y libre de grasa corriendo de un lado al otro.
Isabel,
Leyó el postcompleto?, me parece que no..., pues se enfocó en lo de las cuarentonas y los 30s... eso era solo parte del escrito. Quizás no lo entendió...
Saludos a todos y gracias por sentir
Querido...¡Donde hay masa que bien se pasa!!!
No sólo leí entero el post, sino que me encantó. Reproduzco la frase que inspira mi comentario anterior: "además comprendí que las mujeres mayores de 40 se encienden hasta con un gordito como yo, solo bastaba con estar en la treintena." (sic).
Saludos.
Tb he probado distintos gimnasios opte por comprar un maquina para hacer ejercicios que ocupo regularmente.
Pero ahora que estoy lesionada no puedo ocuparla y ya estan apareciendo más rollitos de los que quisiera.
Igual estuvo re bueno tu post me rei de buena manera
Yo no tengo problemas para mantener la línea.
(Una línea redondeada, la verdad).
Abrazo,
AAB
Eduardo, te dejo un ramo de flores y mi mas cordial felicitación en el día de tu cumple.(no se cuando es pero cerca estará)
¡¡ Cuidese que a sus años uno más cuenta mucho!!
jajaja una razón más para no ir al gimnasio !!!
Justamente estaba yo frente a una situación similar pero ya con esas experiencias me diste el empujoncito que faltaba para no pisar un gimnasio pero nunca jamás!!!
Me quedo con mi trotadita mañanera.
Publicar un comentario