lunes, diciembre 10, 2007

Espejismos


Es un hecho, la vida esta llena de necesidades y nos movemos en torno a ellas, cada una de estas se van expresando según nuestras carencias y aunque existen viejas conocidas, como el hambre y la sed, a cada paso aparecen nuevas, unas fáciles de suplir y otras simplemente imposibles de manejar.

Es común que después de la ruptura de una relación importante se generen un sinfín de carencias afectivas relacionadas mayoritariamente con el ego. Si la relación que ha finalizado es de más de 7 años sentiremos que somos demasiado viejos para volver a empezar, fuera de foco en un mundo que aparece desconocido, feos e incluso sexualmente poco atractivos. En definitiva, será como despertar de un largo sueño y será justo allí que las necesidades brotarán en busca de algo o alguien que las supla.

En un mundo que parece nuevo en todo sentido y con la inseguridad a cuestas, fácil resulta encandilarse con espejismos que aparecen en nuestro camino como el agua irreal en el candente desierto, para ello basta con que alguien nos mire más de una vez o muestre algún interés como para que sintamos que estamos frente a nuestra salvación y arremetemos con un desborde de galantería y romanticismo, como en nuestros viejos tiempos. Lo bueno es que logramos reparar nuestro dañado amor propio; lo malo?, terminamos utilizando a quien ha puesto sus ojos en nosotros como si fueran un mero utensilio de sanación emocional.

Todo esto se convierte en una seguidilla de pruebas del tipo ensayo y error, donde nunca terminamos de ensayar y jamás analizamos los errores, pues todo apunta a sentirnos bien, a cualquier precio.

En cuanto a esto, la situación puede volverse un tanto peligrosa, pues entre tanta carestía, podemos llegar a encandilarnos con los espejismos más insólitos y delicados, como personas extremadamente mayores o menores, gente casada o de distinta condición social o cultural e incluso de personas del mismo sexo. Cuando nuestras necesidades de afecto nos superan, podemos llegar a cualquier cosa con tal de satisfacerlas.

Es imposible necesitar agua a menos que tengamos sed, difícilmente tendremos hambre después de comer y claramente no buscaremos el amor si estamos inmersos en una relación estable. Somos seres incompletos en constante búsqueda de nuestra armonía emocional, nunca tendremos certeza de lo que llegaremos a hacer por conseguir agua, alimento y mucho menos lo que haríamos por un poco de amor, lo que sí está claro es que aquella persona en extremo mayor o menor de edad, de distinta condición social o cultural e incluso del mismo sexo a la cual estamos utilizando, estará viendo en nosotros a su propio espejismo perfecto capaz de reconstruirle la propia autoestima, después de todo la vida está llena de necesidades que hay que satisfacer de alguna manera.